sábado, noviembre 12, 2005

Capitulo II

"Tocando Fondo"

Es de mañana, y una sombra avanza ocupando toda la vereda de lado a lado, como un ejercito de pingüinos sobrealimentados que lentamente recorren un camino ya elaborado, es Al, se dirige a su labor diaria, va sudando la axila, mientras que el sol calienta a cada paso su nuca ensebada. Mientras camina observa su teléfono móvil, como esperando una llamada, el reloj marca las 8:15 AM, está a 15 minutos de su tortura diaria.

Suena el teléfono, el visor dice José, y a Al se le ilumina la cara, todo maneado trata apretar Send para contestar su celular, - ¿aló?, Josefina ¿como estas?- dice sonriendo.

Josefina, es la amante de Al, ella es una bella mujer, pero bella solo por fuera, conoció a Al hace 3 años, cuando fue contratada en las empresa donde trabaja para hacer un reemplazo, Al está enamorado hasta las patas de ella, lo que lo hace ciego a las patrañas que esta mujer le inventa solo para sacarle el poco dinero que tiene.

–¡Hola!, mas o menos mi amorcito- Josefina le responde con una voz nasal como de pato.
-¿por qué?, ¿qué pasa?- nerviosamente pregunta Al-
-¡Tengo una mala noticia! – le dice mientras lloriquea la intrigante mujer, -¡Estoy embarazada! Tras lo cual, rompe en llanto.
¡¿Qué?!, ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde?- mientras siente una punzada en el pecho, Al transpira por todos lados, se sienta donde puede para recuperar el aliento.
-¿estas segura de lo que dices?- Le replica, mientras toma aire, se le pasan muchas cosas por la cabeza, piensa en lo que va a hacer, ¿que va a pasar con su matrimonio?.
Mientras con un grito josefina le dice - ¡sí estoy segura!, ¡tienes que hacerte cargo de mi hijo!-
–¡Pero mi amor...!- trata de responderle, pero josefina le corta el teléfono.

Apesadumbrado Al llega a la oficina, se sienta en su escritorio, y queda ahí con la mirada perdida, no tiene capacidad para realizar su trabajo.

Suena el citófono de Al, es el subgerente, se llama Leandro, lo llama para que acuda a su oficina.

Leandro es hijo del dueño de la empresa, ustedes comprenderán que muchos méritos no tiene para el puesto, mas bien el único merito es ser hijo del dueño, Leandro es un ser insoportable, hijo de papá, que cree ser superior, solo por tener un título universitario de Ingeniero Comercial, el cual se lo ganó sobornando al rector.

Al entra a Subgerencia, toma asiento mientras Leandro se pone de pie, (en la mente de Al mientras tanto, dan vueltas todas las cosas que le han pasado hasta el momento, por lo que cree que Leandro no lo ha llamo para darles buenas noticias).

-Al, dime una cosa..., ...¿tu piensas?- en un tono bastante prepotente pregunta Leandro.
-p... pero... ¿por qué....? ¿por qué lo dices?- al contesta, mientras le tirita el maxilar inferior.
- ¿te acuerdas de la auditoria de la semana anterior?, porque me acaba de entregar el informe el auditor- dice Leandro, mientras Al se soba las manos transpiradas.

- ¿Qué me dices sobre esto?- con voz fuerte y mirando a los ojos de Al.
- Es que, no sé..., he estado bajo mucha presión últimamente, tengo problemas en mi casa y... – Balbucea sin mucha coherencia.
- ¡No me interesan tus problemas personales!, lo que me interesa que hagas bien tu trabajo, ¡no te despido porque llevas muchos años en la empresa!, pero te doy un mes para que mejores en tu trabajo, el próximo mes va a ver otra auditoria, y si sigues igual huevonsito, anda buscando otro lugar para vagar, ¿entendido?- mientras al mira el piso, asiente con la cabeza.

Al vuelve a su escritorio, con los ojos llorosos, siente con mas fuerza la punzada en el pecho, se desata la corbata para poder respirar un poco mejor, pero su mal día no ha terminado aun y parece sentirlo. Suena su celular, mira el visor y dice CASA, es su esposa que lo llama, no quiere contestar, cree saber para qué lo llaman. Su celular suena y suena, mientras Al toma aire, su pulso parece haberse vuelto loco, es una locomotora a punto de descarrilar, el celular sigue sonando, y al respira con dificultad, finalmente contesta, es su huesuda esposa gritando desesperadamente y le dice:

-¡ahueonao!, ¡me llamó una tal Josefina, me dijo que está embarazada de ti, no vuelvas mas a la casa, tus cosas están todas en la calle, y te voy a denunciar hueon, vas a cagar, tu no puedes hacerme esto!-

Al está sentado en su escritorio mirando por la ventana sin escuchar lo que le habla su mujer, el reloj marca 11:20 AM y Al siente como se le adormece el brazo izquierdo, siente un dolor intenso en el pecho como si lo abrieran con una daga, pierde la visión, y en un estruendosa caída va a dar al suelo, si, ¡le ha dado un ataque cardiaco!.

continuará...

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